El sexto álbum en la carrera de la Reina del Pop, fue sin duda un claro intento de superar etapas pasadas para entrar en una más asentada y madura, musicalmente hablando. De hecho, la crítica lo consideró un punto de inflexión en su trayectoria donde la ambición rubia de los 80 dejaba de lado su época de sex-symbol.
El disco incluía temas como el que le dio título, y otros como «Cherish», «Express yourself», o «Dear Jessie». Tras un año y medio sin sacar nada nuevo al mercado, el primer sencillo de este trabajo, «Like a prayer», se alzó hasta los puestos más altos de las listas de ventas, a pesar de levantar las iras del
Vaticano, por su temática religiosa, y de ser censurado en varios países.
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